miércoles, 8 de mayo de 2013

El tacón roto.


Una tarde, cuando volvíamos de la universidad un grupo de compañeras y yo, vimos en la estación de atocha a una mujer que llevaba un zapato sin tacón, y el otro con él. Pensamos que podía ser porque el tacón se le había roto. Estuvimos comentando entre nosotras lo que haríamos si se nos sucediese o mismo, y pensamos que lo mejor sería arrancar el tacón del otro zapato y así no cojearíamos.
Al llegar a mi destino, tenía que bajar unas escaleras, con tan mala suerte que una de éstas estaba rota por lo que se me quedó el zapato enganchado y se me rompió el tacón. No podía creerlo ya que hacía tan solo unos minutos que  habíamos visto a una chica que le había pasado exactamente lo mismo que a mí. Decidí romper el otro tacón como habíamos comentado que haríamos si nos ocurriese, pero comprobé que era imposible, no tenia la suficiente fuerza para hacerlo.
Nada mas llegar a mi casa se lo comente a mis compañeras y no podían creerlo. Esto pensábamos que solo ocurría en las películas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario